divendres, de maig 26, 2006

 

Schumpeter y la democracia como competencia por el caudillaje


Las principales dificultades acerca de la teoría clásica están en la afirmación de que "el pueblo" tiene una opinión definida y racional sobre toda cuestión singular y elige a sus representantes para cuidar que esta opinión se ponga en práctica.
La elección de los representantes se considera como el medio que se subordina al fin primario del sistema democrático, que consiste en investir al electorado del poder de decidir las controversias políticas.

Como Weber, Schumpeter propone la inversión del orden para colocar en segundo lugar la decisión de las controversias por el electorado y, en primer lugar, la elección de quienes han de efectuar la decisión,

De esta manera, la teoría de la democracia deja de atribuir al electorado un grado que el autor considera "completamente irreal" de iniciativa y permite reconocer la importancia vital de la aceptación del caudillaje político: el principio de la democracia significa entonces simplemente que las riendas del gobierno deben ser entregadas a los individuos o equipos que disponen de un apoyo electoral más poderoso que los demás que han entrado en la competencia.

... la democracia no significa ni puede significar que el pueblo gobierne efectivamente, en ninguno de los sentidos evidentes de las expresiones 'pueblo' y 'gobernar'.

La democracia significa tan sólo que el pueblo tiene la oportunidad de aceptar o rechazar los hombres que han de gobernarle.

Pero como el pueblo puede decidir esto también por medios no democráticos en absoluto, hemos tenido que estrechar nuestra definición acudiendo a otro criterio identificador del método democrático: la libre competencia entre los pretendientes, al caudillaje por el voto del electorado

http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras34/textos2/sec_7.html





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